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El fieltro es la primera tela de la historia. Para ser exactos, es una tela no tejida con características que la han hecho perpetuarse con los siglos y llegar a nuestros días con la máxima relevancia.
Las características exitosas del fieltro se basan en la suavidad en el tacto, su resistencia y versatilidad además de tratarse de un material sostenible y económico.
Los usos del fieltro son infinitos. Se utiliza para fabricar, bolsos, mochilas, sombreros, mantas, ropa, decoración, muebles, hasta discos de pulir. El fieltro es tan versátil y da tan buenos resultados que actualmente lo podemos encontrar, también, en un amplio catálogo de regalos de empresa.
¿Qué es el fieltro?
Como ya hemos mencionado, el fieltro es una tela no tejida que toma forma a partir de las fibras de la lana, aunque también puede fabricarse con pelo de diferentes animales o fibras sintéticas. Siempre, pero, tiene que llevar cierta proporción de lana ya que es la única que tiene la capacidad natural de enfieltrar.
Para producir el fieltro, es necesario calor y humedad, es decir, vapor y presión, que hacen que las fibras se enreden, creando una estructura densa y sólida. A diferencia de otros tejidos, el fieltro no está tejido ni tricotado, sino que es el resultado de una mezcla compacta y robusta de fibras.
La historia del fieltro
Los orígenes del fieltro de remontan a la antigüedad. Desde la prehistoria hay hallazgos de piezas hechas con este tejido natural. Unos inicios más bien accidentales cuando los nómadas que montaban a caballo ponían lana en sus monturas, para aumentar la comodidad, con el calor y la humedad se acababa apelmazando de manera natural dando como resultado el fieltro.
En distintas partes del mundo se han hallado objetos que certifican esta antigüedad. Por ejemplo, los más antiguos fueron encontrados en Turquía y Mongolia y datan del 6500 al 5000 a.C.
El Museo Nacional de Copenhague posee unos casquetes de fieltro que protegían del frio y de los golpes de armas y que están adornados con guarniciones, colores y cordones. Estos casquetes tienen más de 3500 años de antigüedad y se encontraron en las antiguas sepulturas de Jutland y Sleving del Norte (Dinamarca).
Con el paso del tiempo, este material se convirtió en un material indispensable para las diferentes civilizaciones de la antigüedad como la egipcia, la persa y la griega. Todas les daban infinidad de usos al fieltro. De hecho, los pueblos nómadas de Asia Central de Mongolia o Turquía destacaban por el uso del fieltro para confeccionar desde ropa hasta parte de sus viviendas.
El gran impulsó del fieltro llegó con la revolución industrial cuando se pasa a fabricar con grandes máquinas y es en este momento cuando ya se mezclan las fibras naturales de la lana con las fibras sintéticas. Además, se introducen las agujas para mejorar el entrelazado del material y formar diversas capas de tela.
Con las grandes mejoras industriales se diversifican las aplicaciones del fieltro usándolo también para productos industriales, juntas y aislamientos. Sin dejar de lado la utilización para la confección de ropa, artesanía, mobiliario e incluso hoy en día, para regalos corporativos.
En definitiva, este material tiene un gran atractivo ecológico por su origen natural que es respetuoso con el medio ambiente. Un valor añadido fundamental en nuestros tiempos.
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Josep Antoni Vallbona
Redactor de contenidos en Moloon. Licenciado en periodismo y formado como Community Manager. Me apasiona la comunicación.
